Información para pacientes y cuidadores

Explicación de la trombosis venosa profunda

Una trombosis venosa profunda (TVP) es un coágulo sanguíneo formado en una de las venas que se encuentran en la profundidad de los músculos de la pierna. Por lo general, la propiedad que tiene la sangre de coagularse es útil en ciertos casos: forma un tapón que nos salva de desangrarnos hasta la muerte con una herida menor. Sin embargo, el proceso de coagulación a veces se desencadena de forma inadecuada y se forma un coágulo dentro de una vena cuando no es necesario para prevenir la pérdida de sangre. Algunos factores de riesgo conocidos para tal coagulación no deseada son cirugías, cáncer, inmovilidad, obesidad, tabaquismo y embarazo.

Sin importar la causa, una TVP puede ser lo suficientemente extensa para actuar como dique en la vena afectada y atrapar la sangre, lo que provoca los síntomas clásicos de hinchazón de la pierna y dolor. Pero esto no es lo peor. Una parte del coágulo, o todo, puede desprenderse del lugar en el que se formó y viajar hacia los pulmones a través del corazón, y así producir una embolia pulmonar.

< class="coh-heading description-video-title ssa-instance-3f1b07590537fdf2b6e390f53ee1455e coh-ce-cpt_video_player-b2b6571e" > Why a Blood Clot is Serious
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Explicación de la embolia pulmonar

Una embolia pulmonar (EP) es una de las consecuencias más graves de una TVP, aunque es posible tener una EP sin haber padecido una TVP. Cuando la EP ocurre después de una TVP, primero el coágulo completo o, con mayor frecuencia, parte del coágulo se desprende de la parte en la que se formó en la pierna y viaja hacia delante y arriba en dirección al corazón, y luego sale hacia los pulmones. La mayor parte de este trayecto es a través de vasos sanguíneos algo grandes que, al llegar a los pulmones, se hacen cada vez más pequeños a medida que se ramifican y se dividen para cubrir la extensa superficie de cada pulmón que es necesaria para captar el oxígeno vital.

Inevitablemente, el coágulo llega a un vaso sanguíneo demasiado pequeño como para permitir que siga avanzando, con lo que impide que la sangre alcance la zona del pulmón que irriga. Esto en esencia detiene el suministro de oxígeno de una parte del pulmón y entonces se le denomina EP. Una EP puede ser fatal, por lo que es muy importante que usted esté atento a los síntomas, algunos de los cuales pueden ser falta de aire, dolor en el pecho, toser sangre y un corazón acelerado. Esta también es la razón por la que es tan importante que una TVP se trate de forma rápida y eficaz, y que posteriormente usted reciba una protección adecuada contra toda recurrencia de EP o de TVP. El tratamiento es particularmente importante si usted ya tuvo una EP, a fin de prevenir una recurrencia.

Si usted considera que está experimentando los síntomas de una EP, debe comunicarse de inmediato con su médico.

Tratamiento de la EP y TVP, y prevención de la recurrencia

El tratamiento de la EP y la TVP pretende prevenir la formación de más coágulos mientras se producen las condiciones adecuadas para que los procesos naturales del cuerpo desintegren el coágulo existente. Los medicamentos que se utilizan para tratar los coágulos sanguíneos se llaman anticoagulantes porque actúan sobre el proceso de coagulación. Esta es una serie compleja de pasos que ocurren en una secuencia específica. Por lo tanto, es posible disminuir la probabilidad de que se forme un coágulo al interrumpir uno o más de estos pasos.

Durante muchos años, el tratamiento estándar de la EP y la TVP han sido inyecciones diarias de un tipo de anticoagulante llamado heparina, seguidas de comprimidos de un segundo anticoagulante denominado antagonista de la vitamina K (AVK). Este tratamiento estándar para la EP y la TVP es altamente eficaz, pero tiene varias desventajas. Algunas de ellas son la necesidad de inyecciones y las interacciones de los AVK (como la warfarina) con varios alimentos comunes y con otros medicamentos. En consecuencia, se necesitan pruebas de sangre frecuentes durante todo el periodo de tratamiento para encontrar la dosis adecuada, proceso conocido como supervisión de la coagulación.

Los avances han producido la aparición de anticoagulantes nuevos, como el inhibidor directo de la trombina e inhibidores orales directos del factor Xa. Algunos de estos medicamentos pueden utilizarse como tratamiento con un solo medicamento como alternativa al abordaje con dos medicamentos (inyecciones de heparina y comprimidos de AVK). Además, estos medicamentos nuevos tienen un riesgo más bajo de interacciones, por lo que no necesitan de una supervisión rutinaria de la coagulación. Que el tratamiento sea mediante un abordaje con uno o dos medicamentos depende del ACOD. Rivaroxabán es un abordaje con un solo medicamento para el tratamiento de la EP y de la TVP.

Los anticoagulantes orales nuevos se recomiendan antes que los AVK.

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